El otro día me llegó un forward de esos que han sido enviados millones de veces antes de llegar a tu correo. Por lo general, simplemente los borro, pero por alguna razón, éste me llamó la atención y lo abrí. Dentro de la psicología, la rama de estudio de lo psicosomático tiene un amplio espectro que a veces cuesta trabajo delimitar y ralla en lo esotérico. Por eso hay que tener cuidado con ciertas afirmaciones, sin embargo, no dejan de tener su dosis de verdad (lo que quiera que eso sea).
Pues bien, en la búsqueda de encontrar una respuesta ante lo inexplicable de ¿Porqué me enfermo? está esta respuesta:
Hay situaciones emocionales que nos enferman, he aqui unos ejemplos:
El resfrío se seca cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta obstruye cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las broncas no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón desiste cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo se vuelve intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas se ven amenazadas.
El pecho se comprime cuando el orgullo esclaviza.
El corazón se infarta cuando sobreviene la ingratitud.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
La fiebre quema cuando las defensas derriban las fronteras de la inmunidad.
El dolor de garganta obstruye cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las broncas no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón desiste cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo se vuelve intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas se ven amenazadas.
El pecho se comprime cuando el orgullo esclaviza.
El corazón se infarta cuando sobreviene la ingratitud.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
La fiebre quema cuando las defensas derriban las fronteras de la inmunidad.