Estos últimos años de mi vida -de los 26 a mis recién estrenados 30- han sido muy tumultuosos. La primera parte de mis 20´s creí que sabía lo que quería, y que tenía lo que quería. Y luego todo cambió. La bola de nieve se echó a rodar. Más bien, me imagino como ese hilito que le jalas al sueter y se va desbaratando. Me di cuenta que mi vida soñada no era tal y que tenía que replantearme las cosas.
Y aprendí a equivocarme. Y aprendí que no pasa nada. Que duele hasta el alma, pero uno crece y se hace fuerte.
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