Hoy fue día -o más bien noche- de sueños raros. Se acerca el segundo aniversario de la muerte de mi tía y he estado soñando con ella recurrentemente. El sueño de anoche fue especialmente emotivo. Primero me acompañaba para llegar a algún lugar, pero daba una vuelta equivocada y teníamos que detenernos a preguntar y rectificar el camino. Ella seguía conmigo, a pesar de que ella no sabía a dónde íbamos porque estábamos en Morelia. Después, cambió el escenario. Estábamos en un patio muy grande, la veía llegar en una camioneta y tras de ella otras tantas iguales, 4 o 5. Ella decía que nos las iba a regalar, había una conciencia en el aire de que ella iba a morir y por eso estaba haciendo eso. Se bajaba de la camioneta y yo la abrazaba, le decía que era lo que más amaba en la vida y comenzábamos a llorar. Ella me decía que también me quería mucho...
Es bastante claro. Su fuerza me acompaña. Sigue conmigo. Y la sigo extrañando.
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