el que busca encuentra

domingo, 25 de agosto de 2013

Domingo triste

Soñé que tenía cáncer. Es la segunda vez que lo sueño. Y no, no creo que sea premonitorio, para el psicoanálisis no es eso. Pero sí despierto muy angustiada porque mi inconsciente me quiere decir algo. Me quiere decir que hay algo que me está carcomiendo por dentro, que me está matando lentamente y tengo que hacer algo antes de que lo logre.

También me hace pensar en mi tía Rosa. Ella murió de cáncer. Primero tuvo cáncer de seno y todo parecía indicar que había sido erradicado por completo. Y mis dos sueños se tratan de eso. En el primero me veo al espejo desnuda y veo a mis senos llenos de llagas y cicatrices, eso me asusta mucho, volteo a verme y me pongo muy triste de verme así de dañada. Creo que llegué a la palabra correcta: DAÑADA. Así me siento ultimamente, como si la vida en estos momentos solo se tratara de daño. Y no se muy bien cómo esquivar los golpes. El sueño de anoche era parecido: me veía al espejo y levantaba los brazos, me daba cuenta que algo andaba mal en uno de mis senos, yo recordaba que esa era una de las señales del cáncer. Y me preocupaba mucho, me angustiaba el saberme enferma, me agobiaba pensar en la operación y el dinero que iba a necesitar, de dónde lo iba a sacar, etc. Estaba rodeada de mi familia, pero no recuerdo en el sueño que eso sirviera de algo, que eso me consolara. Es eso, se que tengo una familia, pero no me sirve de mucho en momentos como éste.

Lo bueno que le puedo ver a este último sueño es que por lo menos está localizado el daño. Y me dice que me estoy dando cuenta. Ese pecho enfermo. Ese pecho enfermo y dañado ya sé qué es. Y tengo que extirparlo o repararlo antes de que me mate.

domingo, 18 de agosto de 2013

Cada vez actualizo con menos frecuencia. Y no es que no me acuerde del blog. De hecho me acuerdo mucho cuando por alguna u otra razón, tengo la necesidad de ordenar las ideas de mi cabeza. Ni facebook ni twitter permiten eso. Sin embargo, creo que también hay cierta resistenacia a poner orden.

Pero hoy es domingo. Y no hay mayor soledad que pasar sola un domingo. Ya se que no debería sentirme mal por estar sola, pero hay momentos en que esa soledad aprieta y hace que se añoren cosas que, vistas a la distancia, parecían buenas. Aunque en realidad no lo sean, es sólo la ilusión y el filtro los que lo hacen parecer así. Creo que los siguientes meses tendré suficiente tiempo libre para seguir pensando en esto. Quizá escriba más seguido. Quizá necesite más este espacio transicional que de pronto dejo tan abandonado.