el que busca encuentra

domingo, 20 de octubre de 2013

32

Hace unos días cumplí 32. Esto de cumplir años nunca se me ha dado y de ahí surgen algunos apuntes del hecho de pasar de un número a otro.

  • No me gusta festejar, principalmente porque mi fantasía más aterradora es convocar a una fiesta y que no vaya nadie. En esa escena, tengo todo perfectamente preparado, globos, serpentinas, pastel... y nadie llega. En verdad es un fantasma angustiante. Es por eso que evito las fiestas, es lo mismo que hago con todo lo demás en mi vida: no espero nada de nadie para no decepcionarme. 
  • Sí festejé en grande al llegar a los 30, más porque necesitaba algo que me sacara de la depresión profunda por la que estaba pasando al haber perdido a los dos seres que más amaba en la vida meses atrás, que porque sintiera necesario el festejo. Sin embargo, lo fue. Sirvió para darme cuenta que hay gente a mi alrededor que me quiere. También reconozco que fue una especie de rito de iniciación para pasar a la tercera década. 
  • De ahí entendí que llegar a los 30 sí fue un asunto importante. Quizá los 30 sean los nuevos 20, pero mientras tanto, sí es una minicrisis. Llegar a la época en que quizá ya debería estar en un lugar muy distinto al que estoy ahora, a lo mejor ya debería tener casa, hijos, marido, estabilidad económica. Debería según muchos parámetros de afuera que al final de cuentas hacen resonancia adentro. Y reflexionar, reflexionar que quizá no estoy donde los demás esperan que esté pero estoy en el camino de estar donde yo quiero estar. 
  • Me pudo más cumplir 31 que 32. A lo mejor es que los primeros suenan a más de 30 y los segundos se ven tan lejanos a los 40. 
  • Me siento como una oruga a punto de salir de la crisálida. Mucho por la edad, pero mucho más por el trabajo personal que he tenido que hacer a partir de que me quedé sola y en la nada. Y es una sensación atemorizante pero emocionante, puedo sentir el viento en mi cara, al filo del precipicio, pero no hay marcha atrás. Eso es lo emocionante, ya no hay marcha atrás. 
  • Han sido 32 años bien vividos. Bien sentidos. Bien llorados. Bien reidos. Bien gozados. Bien sufridos. Y bien llevados, creo.