el que busca encuentra

domingo, 31 de octubre de 2010

Destino

Rosario Castellanos

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.

Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.

Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!

El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es anima de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos

viernes, 29 de octubre de 2010

No sé, hoy fue uno de esos días grises donde todo me da igual, donde lo único que quiero es que ya termine o que nunca hubiera empezado. Y no porque sea muy malo. Creo que más bien es porque siento que desperdicio valiosos minutos sintiéndome como me siento. No siempre es así, sólo son algunos días. Algunos días donde quisiera dormir, cerrar los ojos y abrirlos cuando ya sea otra mi vida. Cuando encuentre lo que ando buscando. Donde nada me haga mella, donde la vida sea mejor. 

Sólo espero que esta nubecita negra sobre mi cabeza se vaya pronto

miércoles, 27 de octubre de 2010

Hay que pagar lo que se debe



Te sigo debiendo todavía una canción de amor...

lunes, 25 de octubre de 2010

Contigo

De entre muchas deudas que quedaron pendientes una de las más importantes fue tener una canción. Nunca tuvimos una. A lo mejor nos faltó vivir más cosas juntos para encontrarla. A lo mejor por eso no la encontramos. Tal vez aún no la han escrito... 

 Pero la que mejor describía lo que llegué a sentir por tí es esta de Sabina. El cínico, el hedonista, el sincero de Sabina. En realidad yo no quería nada. O a lo mejor quería todo y era tanto que no quedaba nada. Ya no sé. Ya no sé qué es lo que quiero...

Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar. 

Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz. 

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud. 

Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí. 

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren. 

Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer. 

Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí. 

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas “volvamos a empezar”;
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad. 

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí. 

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

sábado, 23 de octubre de 2010

definiciones

COBARDE: s. El que en una situación peligrosa piensa con las piernas.

POLICÍA: s. Fuerza armada que participa de los mismos actos de los que nos proteje. 

POLITICA: s. Medio de ganarse la vida preferido por la parte más degradada de nuestras clases delictivas. 

Ambrose Bierce "El diccionario del diablo"

viernes, 22 de octubre de 2010

el amor no es fácil



El amor es complicado. Intenso, ambivalente, confuso, lleno de las más hermosas experiencias y de las más negras noches, repleto de certezas e incertidumbres. Excitante, doloroso, juguetón, tierno, sarcástico, placentero, dudoso, inseguro, triste, alegre, severo, dulce, ácido, amargo...

Y sin embargo...

miércoles, 20 de octubre de 2010

De lo que viene siendo lo bueno y lo malo de la vida en la red

Tomado de la página web oficial de Juan Villoro:

En el futuro todos seremos imbéciles. No me refiero a un deterioro de la especie, sino a la imagen colectiva que posiblemente dejará nuestra época. Si los arqueólogos del porvenir estudian nuestro comportamiento virtual, encontrarán una civilización del equívoco. Imaginemos que los libros desaparecen y las únicas pruebas de nuestro paso por la Tierra son los mensajes digitales. En ese horizonte sombrío, Wikipedia, Facebook y Twitter tendrían la importancia del Código Hammurabi, la piedra Rosetta y las inscripciones cuneiformes en el palacio de Nabucodonosor II.   

Sería gravísimo que los ciberarqueólogos fueran personas bienintencionadas, dispuestas a tomar en serio el vertedero virtual y suponer que nuestros chats y nuestros blogs transmiten verdades. 

Las vidas reconstruidas a partir de Wikipedia serían muy poco ejemplares, por no decir calumniosas. Esa herramienta tribal incluye las ocurrencias de impulsivos enciclopedistas. A veces uno desearía que fueran ciertas (a mí me asignaron un consulado en Barcelona), pero casi siempre son dudosas. ¿Y qué decir de Facebook y Twitter, donde una persona se puede inscribir con el nombre de otra para despotricar hasta la abyección? Abundan los casos de comentaristas clonados por adversarios que los hacen opinar en la red lo contrario a lo que escriben en la realidad. ¿Y si sólo sobreviven en ese mundo al revés, como némesis de sí mismos, apoyando en la posteridad lo que detestaron en vida?

No hay identidad a salvo. Cualquiera puede suplantar a cualquiera. El resultado es el opuesto al del carnaval. Las máscaras venecianas permiten una rara sinceridad; al amparo de un disfraz, se puede decir lo que uno desea sin que eso resulte comprometedor. En cambio, en Facebook no te vuelves Yolanda para ser tú mismo sino para desprestigiarla a ella. Nunca la inexactitud había dejado tantos rastros.

Más allá de la pésima imagen que estamos construyendo para los arqueólogos futuros, la incontrolada red comienza a vulnerarnos. Sé de personas que han perdido amistades, romances y trabajos porque un usurpador escribió desastres en su nombre...
                    
... La invasión de la intimidad ha dado lugar al libro Numerati, de Stephen Baker. Vivimos en un entorno que almacena información privada. El carrito que empujas en el supermercado ofrece una estadística de tus preferencias. Lo mismo sucede con los sitios que consultas en Internet y los teléfonos que marcas. “Yahoo! captura una media mensual de 2,500 datos sobre cada uno de sus 250 millones de usuarios”, comenta Baker. Hay investigadores dedicados a convertir cifras y marcas en patrones de conducta. Son los numerati

Los sabuesos de datos se declaran inofensivos: desean ayudarnos a encontrar los productos, las parejas y los viajes que buscamos. Al hacerlo, benefician a terceros que cobran por nuestras necesidades. El problema es que violan todas las cerraduras y ponen en evidencia la indefensión en que vivimos. De sobra está decir que conocer al dedillo a una persona no siempre sirve para ofrecerle vino de Rioja.

En un artículo para El País Semanal, comenta Baker: “Las cantidades de datos digitales que producimos continuarán creciendo exponencialmente. Y si usted está preocupado con la publicidad que estudia su conducta cuando navega por la red, ya está viendo un adelanto de lo que se nos viene encima. Veamos Sense Networks. Es una pequeña y joven compañía startup en Nueva York que estudia los senderos que dibujamos mientras nos movemos con nuestros teléfonos móviles”. Las rutas de quienes hablan por teléfono trazan un mapa. Así se sabe quiénes van a un bar o a un gimnasio, dónde duermen, qué almacenes visitan, etc. 

Estamos fichados. El “ser en sí” de los filósofos se esfumó. La intimidad pertenece a la nostalgia y en el futuro seremos recordados por lo que nunca escribimos en MySpace.

domingo, 17 de octubre de 2010

Antes de llegar al cuarentown...


Es curioso. Hace unos años (dos para ser exactos) hice una lista en el HI5 de lo que quería hacer antes de cumplir 40 años. Sé que aún me sigue faltando más de una década, pero es mejor no dormirse en los laureles, porque cuando uno menos lo espera, ¡Zas!!! te caen los años encima.

Debo decir que algunas de esas cosas ya las alcancé o por lo menos están muy cerca de ser alcanzadas, otras no... creo que debería agregar unas cuantas... no se, creo que siempre quedan cosas por hacer, libros por leer, lugares que conocer, personas a quien querer... sólo espero tener suficiente vida para seguir deseando...

Pues aquí está mi lista:

1. Ser psicoanalista. En estos momentos soy terapeuta psicoanalitica, que no es lo mismo ni es igual.
2. Comprarme un par de manolos. o 2 o 3...
3. Visitar Nueva York. Me gustaría ir en otoño y caminar por Central Park, o recibir el año nuevo en Times Square.
4. Titularme de la maestría. Bueno, en realidad esto tiene que ser antes de febrero del año que viene, pero sigue siendo antes de cumplir 40 ¿que no?
5. Irme de vacaciones a la playa con mi mejor amiga. Gemela malvada, me estás escuchando??!!!
6. Comprar las obras completas de Freud. Cuánto me alegro de no haberlas comprado antes! porque eso sí hubiera generado una batalla con mi ex de dimensiones épicas que ni el sabio Salomón lo hubiera podido resolver limpiamente.
7. Tener un romance con alguno de estos tipos (o estereotipos... o arquetipos...):
- alguien muy, pero muy guapo, pero sin cerebro.
- un rockero, si tiene piercings, tatuaje y pelo largo mejor.
- Mr. Big, siempre impecable, siempre perfecto, siempre inaccesible.
- alguien más joven, inocente e inexperto. Ya puedo imaginarme la escena: "are you seducying me, mrs. Robinson?"
- una "one night stand"
- un intelectual de izquierda, de esos que son insoportables cuando hablan, pero que tienen un no-se-que-que-que-se-yo.
8. Tomar un curso de gastronomía. Necesito mejorar mis artes culinarias, en especial en materia de postres...
9. Presentar una ponencia en un congreso de la APM.
10. Ir a un concierto de Molotov. antes de que me rechinen las rodillas y desentone demasiado con toda la bola de adolescentes que van a ese tipo de eventos.
11. Tener una planta que sobreviva...
12. Hacerme la depilación láser de todo el cuerpo. Bueno, no de tooodoo... no me interesa satisfacer fantasías de sexualidad infantil.
13. Comprarme las obras completas de Melanie Klein.
14. Dar clases a nivel maestría.
15. Ponerme botox en la arruga del entrecejo. Si, ya se que tambien funcionaría el dejar de estresarme tanto...
16. Tener la titularidad de, al menos, 2 materias en la universidad.
17. Que me den de alta en análisis. jajaja...
18. Enseñarme a nadar.
19. Cambiarme de casa, de preferencia a una propia, pero si no, por lo menos a una mejor.
20. tomar un curso de fotografía. No se porqué, siento que sería una de las pocas habilidades artísticas que podría dominar...
21. tener una mascota. Se me antoja una chihuahua o un french poodle... igual de neuróticas que su dueña.
22. entrar al inglés para poder hablarlo bien y no sólo "puch da red buton".
23. Conocer un lugar al que nunca me hubiera imaginado visitar: acampar en un bosque, ir a explorar algunas ruinas... yo sé que debo salir (al menos por una vez) de mi zona de confort.
24. Encontrar a alguien a quien amar y que me ame con toda el alma...
25. Hacer ejercicio hasta quedar con los brazos de Madonna, el trasero de J.Lo y quitarme la pancita. Siempre hay que ponerse metas altas ¿que no?
26. Trabajar menos y ganar más.
27. Asistir a un temazcal. Con todo el ritual que implica: limpia, oración, reflexión.
28. Darme un año sabático. No, eso ni yo me lo creí. Más bien darme un mes sabático, de no hacer nada pero hacer mucho para mi.
29. Enseñarme a jugar cartas y ajedréz.
30. Aprender que todo tiene su momento y su razón de ser... dejar ir... permitir que fluya... dejárselo al karma...

viernes, 15 de octubre de 2010

El valor y el costo


Hoy le dieron un cristalazo a mi carro. Fueron muchos sentimientos al verlo: coraje (mucho), impotencia, un poquito de tristeza. Sólo porque a alguien se le ocurrió que podría haber algo de valor adentro. Y la verdad que sí había, aunque no costara nada. 

Estaba un libro que sí cuesta mucho, pero que los ladrones consideraron poco valioso. Sin embargo, es un texto, digamos que de los básicos en mi profesión. También estaba un body mist de Victoria´s Secret... y no que costara mucho, pero me lo regaló mi "nuevo tío" hace dos meses, cuando lo conocí por primera vez. Ése no se lo llevaron, seguramente para ellos no valía nada, puesto que ya estaba a la mitad y con la tapa raspada. Había una copia de mi curriculum vitae que por alguna razón la cargaba desde ayer. Son hojas aparentemente sin ningún valor pero tienen la historia de mis pestañas gastadas por el estudio, del esfuerzo hecho por mi tía Rosa para pagar las colegiaturas, de mis desveladas y mis desmañanadas para llegar temprano a dar clases de 7 de la mañana. Y eso no tiene precio. 

Se llevaron una chamarra que me costó como 100 pesos en wal-mart hace unos años. No reparé en que me faltaba hasta que llegué a mi casa y vi un gancho desocupado. En realidad costó poco y valía poco. No tenía ningún valor para mí. No como aquél sueter con unas tortugas tejidas que se quedó en aquélla casa y que aún extraño. No como aquélla pijama de flores cafés, con holancitos en las mangas, que usé yo, y luego mi hermana, y luego mi prima, y luego mi otra prima.

Me hubiera dolido mucho que se robaran mi carro. Me ha costado mucho. Me costó una relación, para empezar. Bueno, no, pero digamos que fue "el coche en discordia". Es valioso porque fue mi primera compra de adulta, no como los montones de zapatos que tengo. Es valioso porque implica una responsabilidad que nunca había tenido. Me lleva a donde necesito, ahorro tiempo, es testigo de mis andanzas, de mis mudanzas...

El cristal sólo costó una hora de mi trabajo, pero su pérdida me hizo sentir vulnerable, me hizo sentir insegura, aún afuera de mi propia casa no puedo confiar. 

Recuerdo haber leido alguna vez que tu riqueza se mide por las cosas que no cambiarías por nada del mundo.

Escribo esto y justamente están pasando en la tele "Naúfrago". Tom Hanks llora por Wilson, quien desde hacía mucho había dejado de ser un balón para convertirse en su único compañero. Y se me escapan unas lágrimas al pensar en lo que de veras es valioso para mí. Y que no los cambiaría ni por toda la pelusa del mundo...

martes, 12 de octubre de 2010

Nos sobran los motivos


Sabina. Sabina para los momentos bellos. Sabina para los desgarrados..

Este adiós, no maquilla un "hasta luego", este nunca, no esconde un "ojalá", estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse de recibo, estas vísperas, son las de después. A este ruído, tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón, podrido de latir. Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran mas por ti... 
Esta sala de espera sin esperanza,
Estas pilas de un timbre que se secó
Este helado de fresa de la venganza
Esta empresa de mudanza
Con los muebles del amor

Esta campana mora en el campanario,
Esta mitad partida por la mitad,
Estos besos de Judas, este calvario,
Este look de presidiario,
Esta cura de humildad.

Este cambio de acera de tus caderas,
Estas ganas de nada menos de ti
Este arrabal sin grillos en primavera,
Ni espaldas con cremalleras,
Ni anillos de presumir.
 
Esta casita de muñecas de alterne
Este racimo de pétalos de sal
Este huracán sin ojos que lo gobierne
Este jueves, este viernes
Y el miércoles que vendrá
 
No abuses de mi inspiración,
No acuses a mi corazón
Tan maltrecho y ajado
Que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
Se filtra la desolación
De saber que estos son
Los últimos versos que te escribo,
Para decir “condios” a los dos
Nos sobran los motivos.
 
Este nido de pájaro disecado
Este perro andaluz sin domesticar
Este trono de príncipe destronado
Esta espina de pescado
Esta ruina de Don Juan.
 
Esta lágrima de hombre de las cavernas,
Esta horma del zapato de Barba Azúl,
Qué poco rato dura la vida eterna
Por el túnel de tus piernas,
Entre Córdoba y Maipú.
 
Esta guitarra cínica y dolorida
Con su terco knock knocking´in heaven´s door,
Estos labios que saben a despedida
A vinagre en las heridas
A pañuelo de estación
 
Este ladrón aparcado en tu toga
La rueca de Penélope en Luna Park
Estos celos que sueñan que te desnudan
Esta caracola viuda
Sin la pianola del mar
 
No abuses de mi inspiración,
No acuses a mi corazón
Tan maltrecho y ajado
Que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
Se filtra la desolación
De saber que estos son
Los últimos versos que te escribo,
Para decir “condios” a los dos
Nos sobran los motivos.

lunes, 11 de octubre de 2010

Crónica del día

Hoy ha sido un día complicado. Después de salir con los ojos hinchados y el corazón apachurrado de análisis, llegué a dar la primera de mis clases. La materia es "psicoterapia de niños" y estamos revisando las distintas corrientes teóricas para el trabajo con pequeños. Y al equipo correspondiente le tocó realizar una dinámica. Ésta consistía en decir cómo se sentían y porqué. Hasta ahí todo bien, creí que todos iban a decir "estoy bien", "hace calor", "me siento estresado por los exámenes", "siento comezón"...

Parecía que estaban esperando que alguien les preguntara cómo se sentían porque todos comenzaron a hablar de conflictos y situaciones bastante duras en sus vida cotidiana. Mucho dolor, mucha tristeza, coraje, resentimientos, confusión, caos, culpa, miedo, decepción. Cada uno con su pesar a cuestas. Todos tratando de vivir a pesar de ello. 

Fue sorprendente para mí. No estaba preparada para ponerme, de golpe y porrazo, en el papel de contener todos esos sentimientos puestos ahí, al centro del salón. Hubo que contener, cerrar, neutralizar un poco ese dolor con la esperanza de la capacidad de cada uno de zurcir y remendar sus propias roturas, o por lo menos de lamerse las heridas y seguir caminando. 

No cabe duda que todos vamos por ahí con nuestos esqueletos a cuestas, en la cajuela, en la bolsa del pantalón, en la mochila. Y todos nos esforzamos por funcionar pese a ello. A algunos les saldrá mejor que a otros, a otros no les quedará mas que dejarse llevar por el desborde y ver en dónde los deja varados el temporal para poder arrancar de nuevo. 

Esto me dejó, además de un dolor de cabeza inmenso, la plena conciencia que todos tienen algo que nos duele. Entonces ¿por qué yo habría de ser distinta?

viernes, 8 de octubre de 2010

Yo soy

La línea asociativa que generó este post es como sigue: hace unos días una amiga me comentó que le habían dejado de tarea hacer un ensayo basado en la pregunta ¿Quién soy?, eso me puso a pensar aquel relato que leí alguna vez de una mujer que llega al cielo y que al preguntarle San Pedro que quién era ella decía: Soy esposa de X, soy mamá de Y, soy empleada de tal empresa... la moraleja es que nunca pudo entrar al cielo porque nunca dijo quien era realmente. De ahí, corte a: la escena de Sex and the city cuando Carrie y Miranda discuten porque la primera decidió irse a París y renuncia a su empleo; Miranda le dice que no puede hacer eso porque eso es lo que ella es, Carrie le responde "es lo que hago, no lo que yo soy". Finalmente el fin de semana tuve clases en mi formación y mi maestra comenzó presentándose como alguien a quien le encantaba cocinar y atender pacientes. 

Todo lo anterior me llevó a preguntarme si lo que me define es ser psicoanalista (tal y como lo pongo en mis perfiles) y en realidad qué es lo que forma parte de mi esencia, No sé, eso me llevó a cuestionarme qué tanto tengo para mí, qué tanto soy. 

Me fascina cocinar. Mi conocimiento es totalmente empírico y de hecho creo que me falta saber más. Pero es un gusto descifrar de qué están hechos los platillos con los que me voy encontrando a mi paso por la vida y poder reproducirlos para mí y para los míos. Me gusta ver cómo, de la nada, de ingredientes crudos, en bruto, va creándose algo delicioso. Me gusta dedicar tiempo para los demás y eso es como mejor me sale. Picar, cortar, oler, probar, saber que lo que estoy cocinando va a alimentar y a nutrir a la gente que quiero y que en cada bocado va un poco de mí es algo delicioso.  

Por alguna razón, tengo una memoria extraña, donde puedo almacenar miles de datos inútiles y superfluos. Me ha servido bastante para la escuela y mi trabajo, pero además puedo recordar miles de canciones, aún las más chafas, aburridas, intrascendentes... también me acuerdo de fechas, sucesos históricos (de todo tipo, hasta los más pop de la vida). Debería usarlo para un programa de concursos.
Me gusta viajar.Viajes cortos. Por carretera. En especial si yo soy el copiloto. Es tan relajante ir viendo los árboles a la orilla del camino, conocer pueblitos y ranchos al pasar, detenerse a comprar nieve, pan, elotes con chile y limón, chácharas de mimbre, fruta y un largo etc. Soy extraña porque me cuesta trabajo pasar incomodidades como la falta de un baño o una regadera decente, pero he aprendido a disfrutar el lugar en donde estoy. Es más rico hacerlo acompañada, pero nada me detiene si tengo que viajar a algún lugar yo sola.
Tengo amigas. Algunas muy parecidas a mí, otras muy distintas, pero todas ellas me han ido conformando, han contribuído a que sea lo que soy. Desde con las que hacíamos piyamadas, con las que compramos tenis iguales para vestirnos de la misma forma en la prepa, hasta con las que he compartido los momentos má significativos de mi vida, los buenos y los malos. Esos espejos me reflejan tantas cosas que se han vuelto parte de mí. 

Están también mis pequeños gustos y pequeñas manías que me hacen diferente: colecciono hipopótamos, no como queso, tengo que tomar café en la mañana para poder funcionar, adicta al clight de limón con agua mineral,  llorona irremediable, la encargada oficial de cocinar la cena de navidad, tengo un dislate de 5 minutos generalizado además de un despiste selectivo, me muerdo los labios cuando pienso, me muerdo las uñas para no pensar, uso miles de cremas para las distintas partes de mi cuerpo, fetichista de zapatos, digo que los muñecos de peluche son cursis mientras mis hipitos me miran a la orilla de mi cama, he empezado a amar a los grillos, soy incapaz de delegar responsabilidades pero luego me quejo de que no tengo tiempo para nada, hago ejercicio como obligación aunque me gustan los resultados ...

Tengo mucho amor para dar. Esto también es algo con lo que me encontré en estos días de reflexión. Sí, es verdad que necesito mucho amor, y lo busco constantemente. Pero también hay mucho amor en mi corazón y busco a alguien que lo quiera recibir y cuidar y multiplicar, justo como aquella parábola de los talentos. Que no sólo se estanque o lo haga a un lado porque al cabo ya tiene mucho, quiero que lo tome y lo valore como algo que no cualquiera tiene porque para poder darle mi amor a alguien tiene que pasar mucho tiempo y muchas pruebas. 

Sé que hay muchas cosas más. Pero con esto me doy una idea que no soy solamente una psicoanalista en formación, que mi vida no es eso y que aunque eso no estuviera, seguiría siendo yo. Y eso me hace feliz.  

miércoles, 6 de octubre de 2010


Ayer dormí arrullada con el sonido de los grillos. De algún modo no me siento tan sola...

domingo, 3 de octubre de 2010


I MISS YOU!!!! I MISS YOU VERY MUCH!!!