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lunes, 12 de marzo de 2012

Paradojas del deseo


Debo confesar que me gusta mucho ver televisión. Bueno, mas bien series y películas. Soy fan de Friends, de Sex and The city, de The big bang Theory y, ahora que tengo más tiempo libre, me he dedicado a descargar ver legalmente cofcofpor-si-los-de-SOPA-leen-esto-cofcof varias series que no habia tenido oportunidad de ver: Dr. House, Los Soprano, Mad Men.  

De Dr. House vi hasta la temporada 5 de corrido. Después he visto los capítulos de las temporadas 6, 7 y 8 aunque ya no lo he seguido con tanta emoción. Perdió un poco de su toque aunque claro que veré el final, creo que para mayo. De Los Soprano llevo 4 temporadas y cada vez se pone más emocionante. Apenas comencé con Mad Men, y poco a poco me ha ido atrapando. 

Lo interesante de esto es que me he puesto a pensar en el patrón de estas series: todas son protagonizadas por machos Alfa, unos auténticos machos dominantes con todas las ventajas que eso lleva pero también con las desventajas. Si, caballerosos, protectores, varoniles, seductores, saben lo que quieren y van por ello... pero también machistas, mujeriegos, infieles, misóginos.

Lo cual me hace preguntarme, ¿exactamente qué queremos las mujeres? Porque la opinión general -y me incluyo- es que cualquiera caeríamos rendidas si tuvieramos enfrente a Mr. Big, a Don Draper, a Tony Soprano, a Gregory House... pero ¿no son ellos de quienes nos quejamos? ¿no son ellos los malditos infelices que tanto nos han hecho sufrir? Y sin embargo despreciamos a Ross, a Leonard (porque preferiríamos incluso al terriblemente irritante esquizoide de Sheldon sobre Leonard, seamos honestas), a Aidan. Los chicos buenos, los que siempre están ahí para escucharnos, los que son tiernos, decentes, pero, desafortunadamente, nada atractivos. No despiertan en nosotras el FuckMeRightHereRightNow que los otros despiertan. 

Es curioso cómo decimos que queremos una cosa pero buscamos y tenemos otra. Ahí es donde yo me pregunto: ¿sabemos lo que queremos? ¿somos honestas con nosotras mismas en cuanto a lo que deseamos? Recuerdo una plática que tuvimos una vez con un ex, a quien su ex le dijo que terminó con él porque buscaba una relación tranquila, sin preocupaciones, estable... y que se estaba muriendo de aburrimiento con la vida que su esposo le daba: sin emoción, sin nada inesperado, todo predecible, todo en calma. Así de complicadas somos. Carrie se la pasó AÑOS corriendo tras Big porque según ella, quería sentar cabeza, establecerse, sin embargo, cuando Aidan le pide matrimonio a ella le da urticaria y todo un panic attack. Y sale corriendo. Dejando atrás lo que ella siempre pidió. De locos. 

Y todo esto surge porque yo tampoco se bien lo que quiero. Quizá el chiste de todo sea tener presente que si queremos algo, ese algo lleva también cosas que no nos gustan y que debemos pensar si vale la pena el precio a pagar por tener lo que deseamos. Saber que tendremos que renunciar a cosas para poder tener otras y que siempre que se pierde algo se gana algo y viceversa. 

1 comentario:

  1. A mi me gustan los hombres con personalidad y carácter, pero las versiones maltratadoras me parece que rayan en lo ridículo... Por eso son personajes construidos por cientos de personas distintas y sólo siguen un guión. Los que se comportan así en la vida real son tristes remedos que hay que evitar, así que ¡a diferenciar la fantasía de la realidad, chicas! ;)

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