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miércoles, 18 de julio de 2012

Siguiendo el ejemplo del Fénix

Tengo un buen rato sin actualizar y me disculpo con ustedes, queridos lectores, por eso. No es que se me hayan agotado las ideas, es más, siento que tengo una maraña en la cabeza. Quizá ese sea el problema, que no se por donde empezar. Me estoy moviendo y eso cuesta trabajo.

Es difícil retomar el camino: el trabajo, las amistades, la vida social. No es fácil dejar de estar echa bolita en la cama escondida del mundo como si eso hiciera que la vida se detuviera. Ahora que salgo me doy cuenta de que no es así, que la vida siguió y que tengo que enfrentarme a ese hecho. Llenarme de valor y volver a hacerme un lugar allá afuera.

En momentos me enojo. No puedo creer que de nuevo esté pidiendo trabajo, como hace 9 años que egresé de la universidad. Se que no soy aquella de 21 años. Pero aún así, me confronta con mi narcisismo, con esa Marianita que se enfurece porque no le reconocen lo que sabe, lo que ha hecho.

Ni modo. He tenido otras crisis y he salido de ellas, con herramientas, aprendizajes. Cicatrices, sí, pero ninguna herida mortal, afortunadamente.

Aquí sigo.

1 comentario:

  1. Poco a poco, ten paciencia y sé buena contigo misma.

    Un abrazo, que todo esté saliendo mejor!

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Porque lo que se habla no se actúa: