el que busca encuentra

sábado, 25 de septiembre de 2010

No eres tú, soy yo...


Y es que sí. En realidad es uno. Soy yo quien se tropieza con la misma piedra. No es él, soy yo. Soy yo quien aún no ha encontrado otra forma de estar, de ser, que me lleva a darme de topes de frente al cristal cuando ni cuenta me había dado de que existía.

Soy yo, no tú. Lo entiendo y a riesgo de sonar omnipotente -como ya mi analista muchas veces me lo ha dicho- de alguna forma extraña yo propicié que esto pasara. El problema está en que no sé todavía cuales son los cables que hay que cortar para que el reloj de la bomba de tiempo se detenga sin que eso implique que vuele por los aires en mil pedazos.


Soy yo, no tú. Soy yo la que sigue necia, aferrada a algo que ya no es, y que probablemente no será. No eres tú, soy yo. La que se revuelve por las noches tratando de encontrar alivio a los huecos que quedan, donde no hay nada, porque nada había. Soy yo quien se pregunta si las cosas pudieron ser distintas y quien se contesta que no, que para que fueran distintas tendría que ser otra yo y tú, otro tú.

No son los otros, soy yo. Porque el sabor a deja vù aún sigue en mi boca. Porque aunque me cueste aceptarlo, no es la primera vez -y algo me dice que no va a ser la última- que siento este desgarro. Porque parece que ya le estoy agarrando el gusto a esta rueda continua que no cesa.


No eres tú. Ni tú. Ni tú. Soy yo...

3 comentarios:

  1. hola tu!
    como stas??

    evame

    ResponderEliminar
  2. Un sentimiento universal, creo. Muy bien expresado.

    ResponderEliminar
  3. Sí, es más que universal, a todos nos llega, tarde o temprano. Pues no queda más que "apechugar" y dejar que todo pase...

    ResponderEliminar

Porque lo que se habla no se actúa: