el que busca encuentra

sábado, 10 de abril de 2010

cuando no tengo nada que hacer...


Río. Lloro. Me pongo un poco histérica. Me tranquilizo. Olvido todo lo que ha pasado. Recuerdo todo lo que ha pasado y vuelvo sobre ello una y otra vez. Me examino frente al espejo. Me gusto a mí misma frente al espejo. Pienso en romper el espejo. Me quito la ropa. Me quito la ropa y la tiro al suelo. Dejo todo desordenado. Dejo todo desordenado para que otro lo ordene. Me doy cuenta de que soy yo quien siempre acaba ordenando. Bailo. Canto. Canto genial. Canto fatal. Como todo lo que no debería comer. Flexiono mis músculos. Me gustan. Valoro mis cicatrices. Imagino como sería si fuera rubia. Imagino como sería si fuera pelirroja. Imagino como sería si fuera vieja. Me pongo maquillaje que no llevaría nunca en público. Miro mis pechos. Imagino mis pechos más grandes. Más pequeños. Más redondos. Más arriba. Más abajo. Mejores. Peores. Me acepto tal como soy. Me escondo. Invento fantasías en las que yo soy la estrella. Donde peleo con la gente y gano. Me estiro la cara y me imagino sin arrugas. Pienso en la cirugía plástica. Descarto la cirugía plástica por algo más barato. Me regaño. Me perdono. Ensayo lo que diré mañana. Subo el volumen a la música para no oir nada. Subo la presion del agua para no oir la música. Me pierdo. Me imagino en una isla desierta. Me imagino en una isla desierta con otras personas. Busco mis imperfecciones. Acepto esas imperfecciones y me busco otras. Hago muecas frente el espejo. Miro como me veo enojada. Sorprendida. Ilusionada. Apasionada. Me contemplo. Me contemplo y me gusta lo que veo.

4 comentarios:

  1. Cuando no tienes na da que hacer, haces mucho :)

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  2. sublime texto! y que bueno que te gustes como eres, y eso de gustarnos como somos es con lo que conlleva de no gustarnos algunas cosas de nosotros, ese es el verdadero conocimiento de uno mismo, empezando desde el exterior hasta nuestros interiores mas profundos y viceversa... me has hecho pensar con tu texto, un beso!!

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  3. ¡Vaya, qué intenso! Y pues sí, no nos queda más que negociarnos el amor propio; a razones, a sentimientos y a golpes. Es trabajo humano de toda la vida. Sólo un Dios o un imbécil se amaría a sí mismo sin recelo. ¡Abrazo!

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  4. a veces más a veces menos, pero el recuento -por lo menos hasta ahora- nunca ha salido en números rojos.

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Porque lo que se habla no se actúa: