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martes, 22 de noviembre de 2011

Bad timing

Dice Woody Allen que en la comedia como en la vida, todo es cuestión de timing. Quizá tiene razón. Llegar en el momento exacto, coincidir en tiempo y espacio y no sólo eso, sentir por el otro algo parecido a lo que el otro siente por tí. Al mismo tiempo. 

Pero eso muy pocas veces pasa. Lo más común es el desencuentro. Los caminos que se separan... Y si esto es tan frecuente ¿Porqué duele tanto? ¿No deberíamos estar acostumbrados? ¿no deberíamos tener en el código genético algo que nos inmunizara, que amortiguara el dolor?

Lo único que queda es lo que pudo haber sido. Y lo que un día fue que ya no será. El "no eres tú, soy yo". Y sí, sí eres tú, que tuvo la mala suerte de aparecer cuando no era el momento adecuado, de tener la mala pata de que tu historia te ponga en esa posición. Tu maldito inconsciente que hace de las suyas otra vez. 

Y la eterna duda: ¿en verdad valdrá la pena? ¿En serio los pequeños momentos de felicidad valen todo el dolor que queda cuando todo se derrumba? ¿podré seguir después de esto? 

Otra herida de guerra. Otra cicatriz. 

 

2 comentarios:

  1. Pues sí, verdaderamente estaría genial con algo que nos inmunizara al dolor...
    Muchas gracias por visitar mi blog y por comentar. Besos!

    http://vistetecomopuedas.blogspot.com

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  2. gracias por pasarte por mi blog, ya tienes una nueva seguidora :) yo creo que si que merece la pena

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Porque lo que se habla no se actúa: